Suele decirse que no hay una segunda oportunidad para causar la primera impresión. Pero Ricardo Clark desmonta totalmente esta teoría. Fuera del terreno de juego, el internacional estadounidense resulta más bien tímido e incluso temeroso, pero sobre el césped es capaz de explotar y convertirse en un luchador feroz.

El verdadero valor de este jugador de 27 años sólo puede apreciarse una vez descubiertas sus cualidades a priori ocultas. Curiosamente, ocurre exactamente lo mismo con el fútbol del combinado de las barras y estrellas. Desde que Clark y sus compatriotas vencieron la timidez en la Copa FIFA Confederaciones 2009 y encandilaron a su afición con un espléndido segundo puesto, todos miran con otros ojos al conjunto americano.

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