
Teniendo en cuenta que sólo quedaban 17 días para el comienzo de la Copa Mundial de la FIFA, el asunto más comentado antes del amistoso internacional que enfrentaba el lunes a Inglaterra y México era el estado del césped de Wembley. Más que la amenaza de las entradas de Jamie Carragher o Rafael Márquez, lo que más preocupaba a los jugadores y a la prensa eran las malas condiciones de la cancha. Tanto John Terry como Rio Ferdinand habían criticado la situación durante los días previos al encuentro.
Sin embargo, y aunque hubo que aplicar hielo al tobillo del goleador mexicano Guillermo Franco cuando se retiró en el descanso, los 32 futbolistas que saltaron al terreno de juego terminaron el partido sin problemas y con todas las opciones para estar en la fase final de Sudáfrica.