
Daniele de Rossi no sólo es un jugador indispensable en el esquema del técnico Marcelo Lippi. Por su disposición dentro de la cancha y capacidad táctica, se ha convertido indiscutiblemente en uno de los grandes símbolos de Italia. Es uno de esos jugadores insustituibles, que cualquier entrenador quisiera tener de su lado.
Campeón del mundo en 2006, y omnipresente en las convocatorias azzurri desde entonces, el mediocampista de la Roma charló en exclusiva con FIFA.com sobre sus perspectivas para Sudáfrica 2010 y la gran confianza que tienen los seleccionados italianos de poder repetir la hazaña y volver a dar la vuelta olímpica al terminar el torneo.
Señor De Rossi, ¿podría analizar para nosotros el recorrido de Italia rumbo a Sudáfrica 2010?
Tuvimos una gran eliminatoria y conseguimos clasificar en la penúltima jornada. Hubo partidos complicados como Bulgaria en Turín, tal vez Montenegro, aunque los juegos ante Irlanda fueron los más difíciles. El primer encuentro es difícil de juzgar porque nos expulsaron un hombre en los primeros minutos y eso cambió todo. Hicimos un gol y el resto del partido aguantamos en defensa. En la segunda jugamos bastante mejor y conseguimos el resultado que necesitábamos.
¿Cuáles fueron las razones de ese éxito?
Creo que el gran secreto de Italia es el grupo que tenemos. Es la misma base que ha vencido en el Mundial y que jugó la Euro, donde no ganamos, pero sólo perdimos en los penales contra España, que terminó campeón. Es cierto que en las eliminatorias se nos unieron varios jugadores jóvenes de mucha calidad, pero la mentalidad sigue siendo la misma que en el pasado, y eso es lo que nos ha permitido cosechar éxitos recientes
¿Qué opina del grupo que afrontarán en Sudáfrica 2010?
De primera instancia puede parecer fácil, pero sabemos que en los Mundiales nunca es así. Paraguay hizo una gran eliminatoria, terminó por encima de Argentina. Con Nueva Zelanda jugamos un amistoso antes de la Confederaciones y nos causó muchos problemas antes de poderlos vencer 4-3, y sobre Eslovaquia, sabemos que es un equipo europeo, organizado, con jugadores como Marek Hamsik, que ha hecho diferencias en la Serie A. No podemos confiarnos.
Hablando de la Confederaciones, ¿cuál fue el aprendizaje tras su participación?
Algo de lo que no mucha gente habla es de la altitud en Sudáfrica, nosotros pudimos vivirla en la Copa Confederaciones, y es un factor que se debe tomar en cuenta. Jugar más de 1.000 metros no es lo mismo que hacerlo al nivel del mar. Ese fue un gran aprendizaje y ahora estaremos preparados para esa diferencia. También aprendimos que mantenernos en el mismo nivel de 2006 no será suficiente. Hay tantos equipos que han mejorado, como España, Inglaterra, Brasil o Argentina. Va a ser complicado.
A la selección italiana se le señala frecuentemente por ser muy veterana, ¿cree que eso será un problema?
Es verdad que hay bastantes jugadores mayores de 30 años, pero hay que recordar que el Mundial es un torneo corto, son sólo 7 partidos. Probablemente muchos jugadores que estarán en Sudáfrica dejarán la selección tras el torneo, pero lo importante es que en junio estaremos bien mentalmente y futbolísticamente. Además, Marcello Lippi es una verdadera garantía como entrenador. Hace 4 años fue fundamental en el Mundial pero también antes, cuando la situación anímica del equipo no era muy buena. Como persona y como técnico es espectacular.
Hasta ahora sólo dos equipos (Italia y Brasil) han podido ser bicampeones del Mundo de manera consecutiva, ¿cree que ustedes podrán repetir?
Es dificilísimo, porque no basta tener un gran equipo. Hay que tener suerte, además de fuerza, condición atlética, valentía y un excelente grupo. Sabemos que no podemos mejorar lo que hemos hecho, sólo igualarlo. Por supuesto, tenemos mucha confianza, pero sabemos que será muy complicado.
Para terminar, un guiño hacia el futuro, se ha hablado mucho de un posible traspaso al extranjero, ¿lo tiene entre sus planes?
Lo he pensado y me he imaginado lo que sería jugar en el extranjero, pero la verdad es que la Roma para mí lo es todo, es mi vida. No siento que pueda ser feliz alejado de la ciudad. Obviamente nunca se sabe lo que pueda pasar, pero en este momento no puedo pensar en mí mismo en otro club y en otra sede.
