Buddle, seleccionado

Currículo, reputación, polivalencia y experiencia; ésos suelen ser los criterios que un entrenador baraja cuando se somete al arduo proceso de seleccionar un equipo nacional para una Copa Mundial de la FIFA. Pero de vez en cuando, máxime si se trata de un delantero, la forma del momento facilita mucho la decisión, y todos los demás factores y consideraciones pasan a segundo plano sin mayores miramientos

Edson Buddle, 29 años, ha amasado sólo 11 minutos de juego con la selección de Estados Unidos en un amistoso contra Venezuela entablado en 2003, y no ha aparecido en ningún encuentro de clasificación para Sudáfrica 2010, ni en la Copa Oro de la CONCACAF, ni en la Copa Confederaciones del año pasado. Pero sí ha empezado la liga estadounidense de 2010 con nueve goles en siete partidos vistiendo la camiseta del Galaxy de Los Ángeles. Eso y su agudo entendimiento con su compañero de equipo y director de juego en la selección Landon Donovan, ha hecho que el seleccionador Bob Bradley no haya tenido más remedio que recurrir al veterano de pies ligeros. Así las cosas, Buddle ha saltado directamente al puesto de primer delantero suplente en el equipo de Estados Unidos, por encima de alternativas tan tentadoras como Eddie Johnson, Freddy Adu y el siempre fiable veterano Brian Ching.

Todo está pasando tan deprisa.

Este fin de semana, el espléndido estado de forma del neoyorquino ha quedado patente una vez más. Asestó un par de goles, uno de cabeza y el otro con el pie, en la rotunda victoria por 3-1 de Estados Unidos sobre Australia, en el último amistoso de los suyos antes de su apertura del telón mundialista contra la poderosa Inglaterra en Rustenburgo el 12 de junio. Hérculez Gómez, la otra inclusión sorpresa en la línea de vanguardia que ha irrumpido en el equipo a raíz de proclamarse máximo goleador de la temporada en el Puebla mexicano, obró el último tanto de la serie. Y no hay que omitir a otro desconocido, el velocista Robbie Findley, del Real Salt Lake, que también dio buena cuenta de sí mismo.

Dado que el titular habitual, Jozy Altidore, ha quedado momentáneamente fuera de combate por una lesión en el tobillo, es muy posible que Buddle se convierta en el presunto heredero de Charlie Davies —que se perderá el torneo de Sudáfrica tras resultar herido en un accidente automovilístico— como la bujía dinámica y chispeante capaz de encender la potente máquina del combinado de las barras y las estrellas.

“Siempre es fantástico marcar goles. Los delanteros vivimos de eso, es nuestro trabajo. Mi confianza ha mejorado, y he ayudado al equipo a conseguir una holgada victoria justo antes de emprender el mayor torneo del mundo”, comenta a FIFA.com el artillero a punto de debutar en su primer campeonato del mundo. “Todo está ocurriendo tan deprisa”, agrega. En efecto, Buddle está cuajando una progresión ciertamente espectacular desde su antigua categoría de delantero peligroso pero demasiado vulnerable a las lesiones hasta su actual rango de goleador más prolífico de la MLS. “Simplemente estoy tratando de asimilarlo. Me siento como en casa”, aduce.

Su entrenador, Bradley, un hombre que suele ser parco en elogios, está de acuerdo: “Cada vez está más cómodo en el grupo, y contra Australia vimos lo que está haciendo en la MLS, aprovechar las oportunidades y definir bien”. El guardameta Tim Howard se muestra aún más efusivo acerca del romperredes: “Parece que últimamente todo lo que toca Edson se convierte en gol”.

¿Qué hay en un nombre?
Buddle, cuyo principal atributo aparte de su olfato goleador es su velocidad de vértigo, estaba predestinado a triunfar en este campo. Su padre, un antiguo jugador semiprofesional nacido en Jamaica y dueño y director de una academia de fútbol al norte de la ciudad de Nueva York, era un hincha tan acérrimo de Pelé durante la estancia del astro brasileño en el Cosmos a finales de los años setenta que decidió bautizar a su primer hijo con el mismo nombre que el de O Rei. “No quería llamarlo Pelé abiertamente y poner demasiado peso sobre sus hombros”, explicaba recientemente Buddle padre. “Así que decidí ponerle el primero de sus nombres”, agregó en referencia al nombre completo del mejor futbolista de la historia según muchos expertos: Edson Arantes do Nascimento.

Cuando al hijo le preguntamos por su doblete en Roodeport contra los Aussies, sus pensamientos enseguida se dirigen hacia su progenitor. “No estoy seguro de que sepa todavía que he marcado”, indica a FIFA.com con una sonrisa de orgullo. “Pero la palabra vuela rápido, así que puede que sí. De todos modos, muy pronto hablaré con él por teléfono”.

Los 11 goles que marcó en 26 partidos con el Rough Riders de Long Island de la segunda división en el año 2000 le valieron una promoción a la recién fundada división de honor estadounidense. Entre 2001 y 2005, Buddle sumó 42 goles en poco más de 100 encuentros con el Columbus Crew de la capital de Ohio, pero las lesiones y algunas temporadas poco afortunadas en Nueva York y Toronto parecieron frenar el avance del jugador. Su traspaso al Galaxy de Los Ángeles en 2007 y la oportunidad de jugar con David Beckham y Donovan, sin embargo, contribuyeron poderosamente a que Buddle se metamorfoseara en el certero rematador que ahora es.

En vista de su momento de juego actual, seguramente será el primer hombre de la selección de Estados Unidos en saltar al campo desde el banquillo en Sudáfrica, o bien, si las circunstancias conspiran, incluso de titular. “No ha habido ni siquiera un momento en el que me haya sentido fuera de lugar aquí en Sudáfrica, y sólo quiero ayudar de la manera que haga falta”, concluyó con los ojos rutilantes de gozo y ganas en las penumbrosas catacumbas del pequeño estadio de Ruimsig, a las afueras de Johannesburgo.

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