En busca del gol

Borrón y cuenta nueva. Esa es la filosofía del campamento de la selección española en Potchefstroom. Este pequeño pueblo al suroeste de Johannesburgo se ha convertido en el hogar de la Roja desde que llegó a Sudáfrica. Aquí lamen sus heridas los jugadores y se conjuran para el reto que se viene.

“Ya hemos pasado página tras el partido contra Suiza y nuestras mentes ya están en Honduras”, asegura Xabi Alonso a FIFA. Aún así conviene en hacer análisis para no cometer los mismos errores en los dos próximos partidos.

“Respeto mucho a Suiza. Jugaron muy bien al fútbol, a su manera. Ellos interpretan el juego de una forma y así afrontan cada encuentro. Y nosotros hicimos lo mismo. Evidentemente, a nosotros no nos fue bien. Quizá si hubiéramos anotado primero, el resultado habría sido diferente. Pero fueron ellos quienes se adelantaron y eso se adaptó perfectamente a su manera de jugar. Simplemente, no pudimos remontar”, analiza el centrocampista del Real Madrid.

El entramado defensivo de los helvéticos fue una muralla que los españoles no supieron derribar. Se aburrieron de tener el balón, de hacerlo circular en las inmediaciones del área pero no encontraron huecos para ese último paso en el que nace el gol.

“Sí, nos faltó el gol”, reconoce el jugador. ¿Y si Honduras les plantea el mismo escollo? “Tenemos que superarlos y tener paciencia. Sabemos que ningún rival es fácil, pero tenemos que manejar esas situaciones y si nos vemos por debajo en el marcador, habrá que mantener la calma y no volvernos locos”, dice.

Inesperadamente, España se ve como colista del Grupo H, por detrás de Chile y Suiza, ambos con tres puntos, y Honduras (también con 0 pts). Una situación incómoda para los vigentes campeones de Europa que, sin embargo, podría ser un revulsivo, porque picados en su orgullo estos jugadores serán más peligrosos. “No tenemos más alternativas que la victoria y eso hace que saltes al césped con una mentalidad de ataque más poderosa. Y lo queremos demostrar desde el primer minuto”, anuncia Xabi,

Tanto él como sus compañeros no prestan atención a las voces agoreras que les ven ya desahuciados, argumentando el escaso pedigrí de España en la Copa Mundial. “El fútbol se ve diferente desde dentro y desde fuera del terreno de juego. Es demasiado pronto para hablar de maldiciones. Todavía hay tiempo para revertir esta situación. Y espero que en unos días las cosas se vean diferentes”, se defiende.

“Sabemos que es un privilegio estar en un evento tan magnífico como una Copa Mundial, y ya sólo eso es una motivación mayor para nosotros. Queremos estar aquí por un largo tiempo. No queremos irnos en la fase de grupos. Pelearemos cada balón y cada minuto de los partidos que nos quedan como si fuera el último”, avisa. Porque a España ya no le queda margen de error.

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