Cuando un niño empieza a jugar al fútbol, lo normal es que por su cabeza sólo pase marcar goles. Quedarse esperando como un pasmarote entre los tres palos con la única intención de que otros no los marquen suele estar muy por detrás en la lista de preferencias cuando se ha probado el sabor del primer regate.

Algo similar debió ocurrirle al portero de la selección suiza Diego Benaglio, quien, con apenas 14 años, actuó como delantero en su primer entrenamiento serio con el FC Spreitenbach de su localidad natal. No obstante, los técnicos del club no tardaron en asignarle la función de portero. A juzgar por lo que ocurrió después, aquella decisión no pudo ser más acertada: a sus 26 años, Benaglio defiende la portería de la Nati desde hace más de dos temporadas.

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