Este año, Keisuke Honda y Makoto Hasebe han despuntado como grandes estrellas en la selección de Japón. Honda se ha convertido en el jugador más famoso de su país, gracias a sus excepcionales actuaciones con el CSKA de Moscú en la Liga de Campeones de la UEFA, mientras que Hasebe ha heredado el brazalete de capitán de los Samuráis Azules que hasta ahora se ceñía Yuji Nakazawa.
Shunsuke Nakamura, sin embargo, no atraviesa uno de sus mejores momentos. Al ex jugador del Celtic de Glasgow y del Espanyol de Barcelona le está costando recuperar la forma después de haber sufrido una lesión de tobillo. Sin embargo, el mediapunta cree que desempeñará una función muy importante en la selección japonesa durante la Copa Mundial de la FIFA Sudáfrica 2010, aunque ya no sea como principal figura del equipo.
“Mi función consiste en ayudar a controlar el juego y marcar el ritmo”, comenta Nakamura a FIFA.com. “No seré capitán, pero se me da bien crear ocasiones y abrir huecos en la defensa rival. La última vez que ganamos un partido de la Copa Mundial fue en 2002 y, logicamente, estoy deseando que nos anotemos una victoria”.
Desde que Hidetoshi Nakata se retiró hace cuatro años, se ha considerado a Nakamura su sucesor natural. Después de guiar a Japón hasta las semifinales de la Copa Asiática de la AFC 2007, el creador contribuyó decisivamente a la clasificación de su país para su cuarta Copa Mundial de la FIFA consecutiva cuando aún faltaban dos partidos de la fase de clasificación por disputar.
Después de jugar ocho años en Europa, el mediocampista regresó a la liga japonesa de la mano del Yokohama F Marinos. Lamentablemente, Nakamura, de quien el ex jugador del Tottenham Hotspur Steve Perryman dijo que podría abrir una lata de conservas con el pie izquierdo, ha tenido problemas para recuperar su mejor momento de forma.
Leo bien el juego, y soy capaz de sorprender a los rivales con pases que no se esperan. Me gusta este tipo de juego técnico, y siempre echo mano de mi sentido táctico cuando estoy sobre el terreno de juego.
A causa de su lesión, no participó en el amistoso que enfrentó a Japón y a Inglaterra, saldado con la derrota de los asiáticos por 2-1. Pero ya recuperado, jugó los 90 minutos del siguiente amistoso, contra Costa de Marfil, y la primera media hora en el último partido de preparación, frente a Zimbabwe.
Puede que su seleccionador, Takeshi Okada, albergue alguna duda sobre la capacidad de Nakamura de seguir causando estragos entre las defensas rivales como hacía en la liga escocesa, pero el jugador lo tiene claro: “No pienso en si seré titular o si jugaré todos los partidos, pero haré todo lo que pueda por el equipo. Leo bien el juego, y soy capaz de sorprender a los rivales con pases que no se esperan. Me gusta este tipo de juego técnico, y siempre echo mano de mi sentido táctico cuando estoy sobre el terreno de juego”.
Nakamura puso a Japón por delante de Australia en el marcador en Alemania 2006 y luego fue testigo de cómo los Socceroos le dieron la vuelta al resultado con tres goles en los últimos minutos. Cuatro años más tarde, está deseando compensar esa decepción con un buen partido contra Camerún.
“El resultado dependerá de lo implacable que sea nuestro ataque y de si somos capaces de encontrar huecos en su retaguardia”, nos explica. “Por mi parte, espero desplegar mi estilo y ayudar a mi equipo a obtener un buen resultado”.
