
Brett Holman, que llegó a Holanda cuando apenas tenía 17 años procedente de su Australia natal, conoce ya el significado del verbo “demostrar”. El volante debió esperar seis temporadas para conocer la parte alta de la Eredivisie tras mucho tiempo en el anonimato del Excelsior de Rotterdam y el NEC de Nimega. No necesita que le enseñen el valor del trabajo o la humildad, cualidades que se aprecian durante toda la conversación que el jugador de Bankstown (norte de Sydney) ha mantenido con FIFA.com. El diálogo se ha centrado en la Copa Mundial de la FIFA con los Socceroos y en la dificultad de la tarea en cuestión.
“Nuestros adversarios en la fase de grupos son muy buenos en ataque, por lo que debemos concienciarnos de lo importantes que son para nosotros esa defensa sólida y ese trabajo en equipo que hemos ofrecido durante la competición preliminar”, afirma de entrada el ganador de la liga holandesa de 2009 con el AZ. “Son dos aspectos en los que debemos concentrarnos durante estos prepartivos. La base ya la tenemos, pero todavía podemos mejorar. Nuestros líderes son el capitán Lucas Neill y el guardameta Mark Schwarzer. Son los portavoces del equipo y dos de las piezas fundamentales de nuestro esquema defensivo, lo cual no es una casualidad”.
Encuadrados en el mismo grupo que Alemania, Ghana y Serbia, los Socceroos disponen de escaso margen de error, pero derrochan optimismo. “Como los alemanes suelen tener problemas en el primer partido para meterse en competición, me parece que nos beneficiará empezar contra ellos”, explica Holman, consciente del reto que se le plantea a la selección australiana, que superó a lo grande la competición preliminar.
La batalla táctica
Tras una maratoniana competición preliminar de 14 partidos en la Zona Asiática, el conjunto de Pim Verbeek fue uno de los primeros que se clasificaron para la gran cita. En la última fase, los conocimientos tácticos del preparador holandés dieron sus frutos: los australianos no perdieron ninguno de sus ocho partidos y se alzaron con la primera posición, con cinco puntos de ventaja sobre Japón y muy por encima de Bahréin y Qatar.
Holman sabe darle al César lo que es del César. “Pim es muy bueno tácticamente. No habla mucho, pero, cuando lo hace, siempre dice cosas útiles. Sus conocimientos tácticos explican la eficacia de nuestra defensa. Ha encontrado un sistema que funciona. Un entrenador europeo representa un valor añadido para nuestra selección nacional. La primera batalla sobre el terreno se juega en el aspecto táctico, y nosotros necesitábamos un seleccionador europeo que nos hiciera más fuertes en esta parcela”.
Por su parte, Verbeek asegura que sus jugadores deben ir a Sudáfrica “para superar su última participación. En la vida, hay que fijarse objetivos y haremos todo lo posible para llegar más lejos que hace cuatro años”. Ante tal afirmación, Holman se muestra más prudente: “Fijarse un objetivo está bien, pero debemos evitar que ello resulte contraproducente. Nuestra única ambición debería ser demostrar que merecemos estar donde estamos, y que somos una de las 20 mejores selecciones del mundo. Obviamente, la eliminación de 2006 supone una motivación extra para quienes la vivieron. Tenemos ganas de demostrar que podemos hacerlo mejor”.
Sin presión
Para conseguirlo, Holman considera que disputar la competición preliminar en la zona asiática ha sido muy beneficioso. “Jugar en Asia, y no en Oceanía como hasta ahora, nos ha exigido mayor competitividad y nos ha obligado a reunirnos más a menudo, lo cual ha sido muy positivo”. Australia, que se clasificó para Alemania 2006 tras disputar la fase de clasificación en la Zona Oceánica y tener que jugar una agónica repesca intercontinental contra Uruguay, ha confirmado en Asia su mejora después del histórico partido de octavos de final ante Italia de hace cuatro años.
Holman se prepara para su primera Copa Mundial sin ningún tipo de angustia. Ni siquiera la perspectiva de jugar ante centenares de millones de telespectadores le quita el sueño. “Sinceramente, nunca he sentido presión. Sin embargo, yo me presiono a mí mismo más de lo que nadie pueda presionarme a mí, tanto en el terreno de juego como fuera de él. Así pues, no tengo miedo, aunque sea mi primera vez. Obviamente, necesitaré algunos minutos para darme cuenta de que estoy disputando una Copa Mundial y aclimatarme, pero después bastará con demostrar que merezco estar allí”.
“Demostrar”, un verbo que Holman domina bien en pasado y presente. Ahora toca conjugarlo en futuro.
